DEL 11 AL 14 DE MARZO DE 2023
En el mes de noviembre estuvimos hablando, Vanesa, Laura y yo de hacer una escapada algún finde de Magdalena, ya que Laura no trabaja en toda la semana y Vanesa tiene dos días festivos esa semana. Estuvimos pensando en hacer el camino de Santiago y alguna cosa más un poco por encima, pero no concretamos nada. Al poco tiempo a Vanesa se le iluminó y nos dijo que podríamos hacer un Waynabox. Esto consiste en que la “agencia” esta te da unos sitios como posibilidad de ir, pero hasta dos días antes, no te dice a dónde vas. Te busca los vuelos y el alojamiento. Luego, puedes quitar un destino gratis y los otros destinos los puedes quitar también por 10€ por persona.
En enero, pasamos un finde las tres juntas y lo reservamos. Estábamos dudando qué finde de Magdalena ir, en principio queríamos ir el segundo, pero valía 50€ más respecto al primero. Así que salimos de dudas, nos decidimos por el primero. Las fechas iban a ser del 11 al 14 de marzo.
Los destinos posibles eran: Berlín, París, Dublín, Ámsterdam, Roma, Copenhague, Viena, Praga, Atenas, Florencia y Helsinki.
Quitamos cinco ciudades. Londres, porque se necesita pasaporte y Laura no tiene. Lisboa, porque Vanesa aún está escaldada de la jugada del año pasado cuando fuimos al Algarve. Mallorca e Ibiza, así salíamos de España seguro y Nápoles, porque Vanesa había estado de refilón y dijo como que era muy de la mafia.
La reserva nos costó 340€ a cada una, contando ya las ciudades descartadas.
9 de marzo, 8 de la mañana, Vanesa nos comunica que nuestro destino es Dublín. Desde la agencia le habían mandado ya los horarios de los vuelos, el hotel y una guía súper completa sobre qué podemos hacer allí. Me hubierais tenido que ver esa mañana… Estaba ya de vacaciones y Vanesa me iba pasando cosas que iba mirando para que yo las fuera mirando más detenidamente. Para mí fue súper emocionante no saber dónde iba hasta última hora y tenerlo que hacer todo a gas con esa emoción del último momento.
Lo primero que hice fue reservar el parking del aeropuerto de Valencia. Lo reserve desde las 7:00h de la mañana del sábado 11, hasta las 23:30h del martes día 14. Nos costó 38€. Esta vez en el de corta estancia, al subterráneo.
Luego me puse a mirar lo que me mandó Vanesa, que básicamente eran Free Tous. Cogimos una ruta de pubs el sábado a las 18:00h. Esta nos costó 12€ a cada una. Luego un free tour el domingo a las 10h de la mañana.
Por otro lado, puse al grupo del trabajo que me iba Dublín y como Clara vivió allí me dió un montón de consejos de a donde ir y qué visitar. Así que tomé nota, lo busqué todo en un mapa, anoté todos los lugares de interés, y más o menos, tenía el planning hecho.
Sábado, 11 de marzo de 2023:
Laura y yo viajamos sin pagar maleta de cabina, solamente con un bolso de mano, aun no me creo que lo haya conseguido. Vanesa sí que pagó la maleta, dijo que no estaba tan loca como nosotras.
A las 8h de la mañana quedamos en casa Laura en Vila Real, así Vanesa dejó el coche en su garaje y nos fuimos todas juntas con mi coche rumbo al aeropuerto de Manises. Llegamos a las 9:23h. El avión salía a las 11:25h, pero se retrasó una hora. Entre pasar el control y desayunar, se nos pasó el tiempo volando y enseguida estábamos encima del avión.
El vuelo ponía que eran tres horas, pero yo creo que en menos de dos horas y media estábamos ya en Dublín. Allí es una hora menos, así que llegamos sobre las 15 horas.
Lo primero que hicimos fue comer algo en el mismo aeropuerto.
Luego cogimos un taxi y nos llevó hasta el alojamiento que nos había puesto la agencia, el Maldron Hotel. El trayecto era de unos 20-30 minutos y nos costó 25€. Había varios hoteles Maldron por toda la ciudad, concretamente el nuestro era el de la calle Parnell Square West. Era una maravilla, la verdad y muy bien ubicado, estábamos cerca de todo lo turístico. Nada más llegar, nos tumbamos en la cama y empezamos a hacer el planning de los cuatro días.
Reservamos la entrada en la fábrica de cerveza Guinness para el lunes a las 16:45h. La idea era ver el atardecer desde arriba porque se ve que tiene unas vistas espectaculares. Nos costó 26€ por persona la visita y una consumición en la súper azotea.
Luego reservamos para cenar el lunes a las 20 horas en el restaurante The Church. Era una iglesia que la habían convertido en un restaurante. Teníamos que dar una entrada de 30€ por la reserva y luego nos la descontaban de la cena.
Cuando lo tuvimos todo preparado, era hora de ir al tour de los pubs. Lo reservamos a través de Civitatis con una empresa que se llamaba Paseando Por Europa.
Nos llevó por los pubs más emblemáticos de la ciudad, nos contó su historia, cosas curiosas… A mí 12€ me pareció un poco caro para la poca espenta que tenía la guía, pero bueno va, no estuvo mal.
La primera foto es una de las calles de Dublín, la segunda la calle de los Pubs, la tercera es la estatua de Molly Malone que representa a una mujer de doble vida, pescadera de día y representante del oficio más antiguo del mundo, prostituta, de noche. La tradición es hacerse una foto con ella tocándole las tetas. Si le tocas la derecha volverás a Dublín y si le tocas la izquierda, te quedas allí. La cuarta foto es la pared de la fama, dónde aparecen los artistas Islandeses más importantes.
Al final del tour se puso a llover y estábamos empapadas así que nos fuimos a cenar a un restaurante que nos recomendó la guía, el Merchant's Arch. Estuvo muy bien porque había un hombre tocando la guitarra y cantando mientras cenábamos. La verdad es que para cenar nos columpiamos un poco, porque estábamos heladas de frío, además de mojadas y hambrientas y pedimos sin conocimiento. Vanesa y yo pedimos una sopa. Pero más que sopa era crema de marisco hecha con nata y un montón de verdura. A mí se me empalagó y Vanesa tampoco se la terminó, le ayudó Laura. Laura pidió una tostada con salmón.
De segundo nos pedimos todas un hojaldre con beicon. Pero también cocinado con a tope de nata. No estaba mal, pero empalagoso a saco, ninguna de las tres nos lo terminamos si no recuerdo mal.
La broma nos salió por 41,30€ cada una. Aquí nos planteamos que con un plato ya es suficiente, porque no nos salió rentable.
Cuando terminamos de cenar nos fuimos a dormir.
Domingo, 12 de marzo de 2023:
A las 10h de la mañana teníamos contratado el free tour por la ciudad. Primero fuimos a desayunar cerca de donde empezaba y para coger fuerzas Laura y yo desayunamos una tortilla, ella de queso y yo que jamón york y Vanesa huevo con salmón. Estaba buenísimo, aunque a Vanesa le pareció el huevo un poco crudo y yo no me lo pude ni terminar, además se nos hacía tarde y casi que engullimos. Nos costó 10€ a cada una.
La empresa que nos hacía el tour en este caso era Yellow Umbrella, también contratada a través de Civitatis. Tres horas de ruta con sus respectivas explicaciones que se hizo muy amena y el guía nos pasó un QR con mucha información adicional sobre la ciudad que podíamos visitar.
Cuando terminó el free tour fuimos a comer a un lugar que nos recomendó el guía, que tenían convenio con ellos y si decíamos que íbamos de parte de Yellow Umbrella, nos hacían descuento. El restaurante era el Lundy Foot’s. Nos recomendó que pidiéramos el estofado, que era típico y eso hicimos.
De postre pedimos una tarta de Baileys, la bebida es Irlandesa y la verdad que estaba espectacular. Nos costó 26,60€ a cada una.
Cuando terminamos de comer fuimos a visitar la catedral pero aún estaba cerrada, así que dimos un paseo por los alrededores.
Aún nos dio tiempo de visitar un parque, el St Stephen’s Green.
A las 16:30h fuimos a la catedral, que abrían a esa hora. La entrada nos costó 8€ y una catedral iavan. Para mi gusto sin más.
Luego nos fuimos a visitar la Trinity College, la universidad de allí, que como veréis es una atracción turística total.
Sobre las 18:30h anochecía. Entre eso y que empezaba a lloviznar, nos fuimos a un pub. Uno que nos recomendaron los dos guías, el O’neill’s. Primero tomamos una Guinness. Esa cerveza ni chicha ni llimoná, era muy densa y tras toda la tarde tomándola, yo estaba como una rosa, así que mi conclusión es, que es como tomarte un refresco. No hace ni gusto a cerveza porque tampoco tiene gas. Mala no estaba, pero no sabía a cerveza.
Cenamos en el mismo pub y después de cenar aún tomamos otra pinta.
Las cervezas solían valer unos 7€, dependiendo del sitio que fueras. El pub más típico de allí es el Temple Bar. Lo visitamos durante el tour de pubs y estaba a petar de gente además nos dijeron que era el sitio más caro de la ciudad, a 10€ la cerveza. No nos volvieron a ver por allí.
La cena nos costó 15,50€ a cada una. Luego queríamos ir a otro pub de música en directo pero estábamos bastante cansadas y decidimos irnos a dormir. Eran ya pasadas las 23h.
Lunes, 13 de marzo de 2023:
El guía del free tour nos había recomendado varios pueblos que se podían ir a visitar tanto en tren como en autobús. Los estuvimos revisando y el que más nos gustó fue el que nos recomendó Clara. Howth. Desayunamos antes de coger el bus cerca de la parada. Nos costó como el día anterior, sobre unos 11€.
El trayecto duró unos 30 minutos y costaba 2,60€ por persona.
Fuimos a ver los acantilados, que nos dijo el guía que eran unas dos horas, pero yo creo que no nos costó tanto, además el Google Maps nos mandó por un atajo. La verdad que para mí fue lo más espectacular del viaje.
Cuando terminamos la ruta fuimos en busca del castillo y por el camino hicimos fotos muy chulas.
Llegamos al castillo.
Luego fuimos en busca de un lugar donde nos dieran de comer fish & chips, que me dijo Clara que allí era lo típico. Lo encontramos en el puerto y la verdad es que comimos súper bien, estaba muy bueno. Nos costó no llegó a 30€ por persona.
Cuando terminamos de comer, fuimos a buscar la parada del bus correspondiente que nos llevaba a Dublín y aquí tuvimos un pequeño percance. No sabemos el motivo, pero por la mañana nos aceptaron un billete y en este caso nos dijo el conductor de muy malas maneras y con ninguna educación, que con las monedas que llevábamos solamente podía subirse una persona, que no aceptaba billetes. En resumen, a la puta calle y no nos devolvía el dinero que ya habíamos pagado, porque ahí lo pones en una máquina y te jodes si no lo llevas justo. De lo único malo que nos pasó en todo viaje, recogimos lo mejor que nos pasó. Un chico que iba detrás de nosotras, nos mostró su mano llena de monedas y nos dijo que cogiéramos lo que nos hiciera falta. Le cogimos 2€, y no nos quiso coger el billete de 5€. Pero el autobusero nos había dicho el precio de dos personas, así que nos faltaba otro billete. Vanesa fue a buscar de nuevo al chico y le pidió 3€ más. El chico seguía sin querer coger el billete de 5€ y Vanesa en está ocasión se lo puso en el bolsillo. El buen samaritano nos salvó la vida. En general la sensación que tuvimos con la gente de allí fue maravillosa. Estaba todo el mundo predispuesto a ayudarte, a entenderte y a facilitarte la existencia.
Menos mal que cogimos este bus, porque llegamos muy justas a la visita que teníamos reservada en la fábrica de cerveza. Desde donde nos dejó el bus hasta la fábrica había 45 minutos caminando. Hicimos literalmente la maratón de Dublín. Íbamos como locas corriendo por esas calles para llegar a tiempo. Lo conseguimos, entramos a la hora en punto. La fábrica para mi gusto sin más. Es tipo un museo que te van explicando cómo hacían y hacen la cerveza.
Pero solo por ver la azotea y conseguimos ver el atardecer, para mí ya valió la pena pagar el dinero que pagamos.
Contemplando estas maravillosas vistas, Laura dijo la frase mítica del viaje: “Qué coses més meravelloses que hi ha pel món”. Nos reímos todas, porque lo dijo de corazón y era la pura verdad.
Cuando tanto nuestros móviles como nosotras nos quedamos sin batería, fuimos a cargarnos al hotel. Teníamos unos 20 minutos para descansar y para hacer el check in del avión del día siguiente.
A las 20 horas teníamos la reserva en la iglesia. Nos encantó tanto el sitio como la comida.
Comimos las tres hamburguesas y de postre pedimos un Whisky, típico de allí también. Yo pegué un trago y ya tuve bastante, se bebieron las tres copas entre ellas dos. La cena nos costó 30€ por persona, contando el dinero que pagamos para reservar.
Luego fuimos a un pub que nos llevó la guía del tour de los pubs, que ponían música en directo. Había dos tipets cantando. Uno parecía que iba pasadísimo y el otro a parte del vozarrón que tenía, era guapete, pero estaba un pelín gordito, muy poco… Y aquí Laura dijo otra frase mítica, de la que me estuve riendo el resto del viaje y aún me saca una sonrisa si lo pienso. “Este si me diu de quedar-me a viure ací, li diría que sí, pero li faria eixir a corre un parell de vegades per setmana, que no vull que m’aplaste”.
Estuvimos como una hora en este local y ya nos fuimos a dormir. Era casi la una cuando llegamos al hotel.
Martes, 14 de marzo de 2023:
Buscando un autobús que nos llevara al Phoenix Park, paramos a un barrio pijo a desayunar que por poco más de nada nos cobraron 10€ a cada una. Luego nos centramos en la vida y nos pusimos en serio a buscar dicha parada porque íbamos a voleo a ver si la encontrábamos. Como estábamos más cerca que lejos, el autobusero nos cobró solo dos billetes porque estábamos a tres paradas. 3.40€ entre las tres, pagamos. El parque es gigantesco y teníamos una hora para pasear por él.
El viaje de vuelta en bus nos costó 2,60, igual que el de Howth. Paramos de nuevo en la universidad Trinity College, ya que el guía del free tour nos recomendó ir allí a comer porque tienen un comedor como el de Hogwarts de Harry Potter.
La comida más barata del viaje, 16,95€ entre las tres. La comida te la servían tipo a los hospitales. Yo no acerté con los espaguetis esos, que había más verdura que pasta. Pero al precio que nos costó, todo bueno.
Después de comer, era hora de ir al hotel a por las maletas y marchar hacia el aeropuerto. Antes pasamos por un Starbucks a tomar un cafelito.
El taxi hasta el aeropuerto en esta ocasión nos costó 35€. El vuelo salía a las 18:40h y más o menos se cumplieron los horarios. Sobre las 22:30h llegamos a Valencia. Las descargué a Vila Real antes de las 0h y yo a la 1h llegaba a la mía.
El viaje está valorado en unos 640€ y por mi parte una experiencia buenísima el no saber a dónde vas y mira, Dublín es un sitio que de no ser así no se me hubiera ocurrido ir. Así qué valoración 100% positiva.
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