Hace unos años, si no recuerdo mal unos 18, en una revista de adolescentes de la que seguro que tooooodas las chicas de mi generación se sentirán identificadas, ja, ja, ja, ja, la revista Bravo, había una sección de contactos, donde la gente mandaba su dirección para que le escribieran cartas. Pues una servidora, mandó su dirección, según Balma con mi foto de la comunión ja, ja, ja, ja. No Balma, es la foto del libro de fiestas de cuando fuimos damas pequeñas. He buscado la foto para ponerla pero no la he encontrado, lástima... Bueno la cuestión es que una de las 100 personas que me escribió fue Jone, con la que aún mantenemos el contacto y Balma también le escribía cartas a través de mi. Jone ya ha venido unas cuantas veces aquí a Castellón y Balma también ha ido otras cuantas a Navarra, la tierra de Jone, pero yo todavía no había tenido oportunidad. Hace 3 años fui a San Fermín y fuimos en coche, aunque no conducía yo, pero no me pareció complicado el camino así que le dije a Jone que iría algún día a verla cuando coincidiéramos en vacaciones. Lo que pasa en estos casos es lo típico que entre la distancia, los trabajos, los planes… Pasaron 3 años y todavía no habíamos coincidido. Este verano ya hablamos de ir en noviembre, coger las 2 la misma semana de vacaciones y hacer turismo por la zona de Jone. Al fin coincidimos una semana. En eso que se lo comentamos a Balma, al principio no le hizo mucha gracia porque ya sería la 4ª vez que va, pero luego se lo pensó y dijo que igual sí. Pero al final no pudo ser porque una compañera suya ya se había cogido todo el mes de vacaciones. Balma y Jone llevaban un tiempo planeando quedar un finde en Zaragoza ya que está a mitad camino entre las 3. Entonces pensé que podríamos hacer un mix. Irme 5 días a Navarra y el finde pasarlo las 3 a Zaragoza. Pero Balma dijo que mejor al revés, primero el finde, porque si no estaríamos cansadas y le doy toda la razón, ya que a mitad semana yo ya no valía pa’ nada. Así que después de mucho tiempo planeando, por fin llegó el día.
Sábado 16 de noviembre de 2019:
7 de la mañana, me fui camino de Alcañiz con mi coche a recoger a Balma. A las 8 llegué allí y la cargué. Paramos a Híjar a almorzar. A las 10 llegamos a Zaragoza. Quedamos con Jone a Puerto Venecia. Ella también llegó a la misma hora, venía en tren desde Pamplona. Pero entre llegar, salir, fumar y coger el taxi a Puerto Venecia, llegó un poquito más tarde. Estuvimos allí toda la mañana y después de comer ya nos fuimos al centro, yo me dejé el coche en Puerto Venecia y nos fuimos al centro en bus. Balma se bajó una aplicación que era una maravilla, te decía que bus tenías que coger y donde, para ir a tal sitio. Nos salvó bastante la vida. Lo primero que hicimos fue ir al hotel. Un hotel súper céntrico, Hotel Paris Centro. Pedimos una habitación para 3 y nos costó 20€ cada una. Una maravilla. Cuando llegamos estábamos agotadas, serían sobre las 4 de la tarde. Nos tumbamos a la cama y estuvimos casi 2 horas descansando a la vez que hablamos y nos reímos. A las 7.30 habíamos comprado entradas para ir a ver a Javier Fernández, patinador artístico sobre hielo, campeón varias veces del mundo, a la vez que también ha sido de Europa y de España en varias ocasiones. El espectáculo era en el pabellón Príncipe Felipe.
Nos costaron las entradas 35,80€ cada una. Eso sí, estábamos lejísimos, a la grada superior, pero bueno, lo vimos bien. Teníamos las 3 yo creo una expectativa diferente de lo que íbamos a ver. Imaginábamos que era ver al tio este patinando durante 2 horas. Pero resulta que no. Fue espectacular, nos encantó. El espectáculo se llamaba “Revolution Ice On tour 2019”. Llevaba un equipo de patinadores increíble, además de traer a Edurne y a Carlos Jean que les cantaban y tocaban alguna canción. Hacían también acrobacias con cintas. Y cuando salía Javier… mira que todos patinaban bien, pero lo de él era otro nivel. Salimos de allí encantadas. Se terminó sobre las 10.
Hace 2 años, cuando hice el viaje a Huelva, conocí a un chico de Zaragoza, Chavito. Le avisé de que iba a pasar el finde en Zaragoza y me dijo que me buscaría un hueco. Pues si, me lo buscó, cuando terminó el espectáculo, quedamos en calle el tubo, famosa por sus bares de tapas. Fuimos a dos bares, no nos dió tiempo a más porque era ya tarde y nos cerraron. Vino también un amigo de Chavito, Javi, que resultó que era de la Fresneda y que conocía Oliver (Oliver es un amigo que es de la Fresneda, pero que ahora vive a Las Palmas), que pequeño es el mundo. Luego fuimos a una cervecería y estuvimos allí hablando y cuando nos echaron fuimos a otro bar pero cerraron enseguida.
A lo tonto, se nos hicieron las 4 de la mañana. Me hizo gran ilusión ver a Chavito, porque en Huelva era de los que mejor nos llevábamos, además nos pasó el tiempo volando y nos integramos todos con todos súper bien. Y lo dicho, a las 4 ya nos fuimos al hotel, y caímos como tacos, estábamos reventadas y no era para menos.
Domingo 17 de noviembre de 2019:
El finde en general no fue muy productivo, pero no me dolió para nada, porque para mi la excusa de juntarnos las 3 y simplemente pasar tiempo juntas, ya me bastó y me sobró, además, teniendo Zaragoza a mitad camino, estoy segura que no será la última vez que nos veamos ahí, así que para la próxima tendremos más cosas para ver y hacer. Este día nos levantamos a las 9. Bueno, a esa hora pusimos el despertador, hicimos bastante el remolón. Cuando estuvimos preparadas nos fuimos a visitar el Pilar.
Estuvimos paseando por él y nos fuimos para la estación, ya que Balma se volvía a Alcañiz en autobús. Se compró el billete y justo delante de la estación había mercadillo, así que fuimos un ratito hasta que se hizo hora de comer. Comimos a la estación y ya nos despedimos de Balma, salía a las 3.30. Jone y yo cogimos de allí mismo un taxi y nos fuimos a Puerto Venecia a por mi coche. La primera parada de Navarra fue a Olite.
Vimos el castillo por fuera, ya que eran las 6 y acababa de cerrar para poder visitarlo por dentro. Cuando íbamos a dar una vuelta por el pueblo, se puso a llover y nos tuvimos que marchar para no “chipiarnos”. La próxima parada ya fue Santesteban, donde yo me iba a alojar. Fuimos al hostal, que era el Santamaría y luego nos fuimos a hacer unas tomas al bar Titi y a cenar. Me encantó ese bar. Tenía una terraza gigante cerrada con toldo y las paredes de chapa y cada mesa tenía una estufa de pared, se estaba de lo bien, me gustó terrible. Después de cenar fuimos al Santamaría que estaban los padres de Jone cenando, estuve un ratito hablando con ellos y ya nos fuimos a dormir.
Lunes 18 de noviembre de 2019:
Este día quedamos a las 10. Vino Jone a recogerme y me llevó a desayunar a Elizondo a una pastelería, Malkorra. Allí compré chocolate, que me lo recomendó Balma, les cogí también para ella y para Diana. Bua, que espectacular estaba, Balma, bien recomendado. Luego fuimos a ver Elizondo, que a parte del encanto que tiene el pueblo en sí, el aliciente era que se grabó allí la película de “El guardián invisible” e íbamos mirando que si esta es la casa de nosequien, que si este es el puente que paso esto y esta la panadería donde pasó aquello, y así pasamos media mañana.
Luego nos fuimos a Amaiur o Maya, fuimos al antiguo castillo, bueno, los restos que quedan de él y la verdad es que las vistas eran espectaculares, todo verdecito a la vez que se veía el pueblo y al fondo las montañas nevadas, me pareció muy bonito.
Luego nos fuimos al Parque Natural Señorío de Bertiz. Fuimos a visitar el jardín botánico. La entrada nos costó 3€.
A las 14h cerraban, así que ya nos fuimos a comer. Fuimos al restaurante Hilarión, en Elgorriaga. Bua, comimos espectacularmente bien y hasta reventar. Además la decoración me encantó terrible, era yo total.
Después de comer fuimos a Zugarramurdi, queríamos ver las cuevas y el museo, pero cerraban en lunes, así que nos fuimos a dar una vuelta por el +x- de Dantxarinea y a las 6 cuando se hizo de noche nos volvimos a Santesteban. Fuimos al bar El Café a hacer unas tomas y aprovechamos para mirar los horarios de los autobuses para ir a Pamplona. Luego fuimos a cenar al balneario de Elgorriaga y ya nos fuimos a dormir.
Martes 19 de noviembre de 2019:
Este día nos fuimos a Pamplona. Cogimos desde Santesteban el bus que venía de Irún, que pasaba a las 9 y a las 10 llegamos a Pamplona. Fuimos a hacer turismo a la Ciudadela, la plaza del Castillo, al ayuntamiento, calle Estafeta, compramos garrotes en una pastelería muy famosa que había en la misma calle, vimos por fuera la plaza de toros, hacían visitas guiadas pero justo las 2 últimas semanas de noviembre no, si no la hubiéramos hecho. Luego fuimos al mirador Caballo Blanco, que se veía todo Pamplona, chulísimo, y cuando se hizo hora, fuimos a comer.
Después de comer, fuimos a ver los jardines de la taconera.
Luego, como ya lo habíamos visto todo, hicimos tiempo hasta que saliera al bus, que salía a las 6. Llegamos a Santesteban a las 7. Fuimos a hacer una toma al bar Ekaitza cuando llegamos, luego al Titi a hacer otro toma y a cenar fuimos al Santamaría, donde me alojaba. Que barbaridad de comer… Hasta reventar. Cuando terminamos ya nos fuimos a dormir.
Miércoles 20 de noviembre de 2019:
Día de cuevas. Primero fuimos a desayunar al bar El Café. Allí trabaja una tía de Jone y la buena mujer nos invitó a desayunar. Una mujer simpatiquísima. Luego nos fuimos para las cuevas de Urdax. Pero para la visita aún quedaba una hora, así que reservamos sobre la 1 y nos fuimos primero a Zugarramurdi. Primero visitamos la cueva y luego el museo. La entrada a la cueva nos costó 4,5€ cada una y la del museo 3,5€. Presentado la entrada de un lado a otro en el segundo te descontaban 1€. La cueva era bonita y también había un mirador que se veía Zugarramurdi.
El museo la verdad que no me gustó, pero bueno, para poder opinar hay que verlo y para gustos están los colores.
Luego, fuimos a las cuevas de Urdax. Éstas eran con visita guiada. Jone me dijo que el guía era el peor que nos podía tocar, pero a mi me gustó igual. Te contaba como un cuento, que dice la leyenda que en las cuevas habitaban Lamias. Las Lamias nos explicó que eran mujeres con cuerpo de pez y patas de pato o algo así. La cuestión es que una Lamia nos acompañaba durante todo el recorrido con su voz, por altavoces que había en la cueva y te iba contando la historia. Estuvo chulo.
Luego nos fuimos a comer a Dantxarinea, a la venta de Paco, que es donde trabaja Jone. Nos apretamos un chuletón que estaba espectacular. Conocí a sus compañeros y jefes, todos me parecieron muy majos. Hablaban todos muchísimo, casi no nos dejaban ni comer. Probamos también los hongos típicos de allí, onddo beltza (boletus edulis), con tortilla. Sabían raro, un sabor al que no estoy acostumbrada, pero me gustó. Aquí me invitó Jone a comer.
Antes de irnos a Sara, entramos en la tienda de la venta de Paco y compré queso, vino y chistorra, todo de Navarra. Llegamos a las cuevas de Sara a las 4:30h y la visita era a las 4:45h, nos vino al pelo. Nos costó la entrada 8,5€ cada una. Jone, Balma y Alberto ya me avisaron de que en Francia eran todos bordes y que cuando hicieron la visita a esta cueva, a la guía no le dió la gana de cambiar el idioma y se lo comieron todo en francés. Jone llamó para preguntar y le dijeron que entre semana no había visitas guiadas en español. De todas formas, a mi me parece que se nos llevaron bien. Nos dieron una ficha en español y la teníamos que leer cada vez que la guía explicaba algo. Jone me dijo que la guía era la misma que les tocó la otra vez y deducimos que no sabía hablar muy bien español, por eso no cambiaba el idioma. Si que nos iba preguntando si nos íbamos enterando con la ficha y la verdad es que me pareció muy bien pensado, al fin y al cabo da igual que te lo digan que leerlo, la información es la misma. Aún así corroboré que los franceses eran bordes. Al salir había un puente y dentro de la cueva no nos dejaban hacer fotos. Así que mi idea era subir al puente y tirar una foto desde fuera. Pues faltaban 10 minutos para cerrar y no me dejaron hacer la puta foto. Les faltó empujarme pa echarme de allí. Habían cerrado hasta los baños. La pobre gente que venían con nosotros se fueron a mear al monte. Suerte que nosotras habíamos meado antes de entrar. En fin…
Como ya eran casi las 6 al salir de allí y ya era de noche, nos fuimos para Elizondo. Jone me quería llevar a cenar a Labayen para probar los chipirones. Pero antes pasamos por delante de una churrería y pillamos unos churros para “merendar”. Luego fuimos a hacer unas tomas al Labayen hasta la hora de cenar y probé los famosos chipirones. Jone se decepcionó porque me dijo que no los habían hecho como los hacían cuando ella había ido. Pero da igual, estaban buenísimos, eso sí, por culpa del chuletón de mediodía, no me los pude terminar. Después de cenar ya nos fuimos a dormir. Bueno, a ver “la que se avecina” que empezaban los nuevos capítulos de la nueva temporada.
Jueves 21 de noviembre de 2019:
Este día fuimos a desayunar en Santesteban al bar Pepas. Luego nos fuimos a Lesaka que había feria. Pasamos allí la mañana, probé los talos con chistorra y queso, pincho de queso, a parte que aproveche para comprar y también pastel vasco. Jone me iba aconsejando de que coger y donde. Luego nos fuimos a comer donde trabaja la madre de Jone en Santesteban, al Belarra, que nos onvitó a comer. Por la tarde Jone me quería llevar a ver unos lagos, el problema es que se nos quedaba mucha tarde libre. Como el viernes iba a irme después de comer, dejamos los lagos para el viernes por la mañana y fuimos este día a ver pueblos de Francia, ya que Balma me había dicho que le habían gustado mucho. Primero fuimos a Ainhoa.
Luego a Espelette.
Y por último a Senpere.
No hicimos nada especial en ninguno, simplemente pasear y ver la belleza de cada pueblo. Para mi es nuevo, las estructuras de las casas todas igual, todos dan a la verde montaña… El último Senpere, me encantó. Luego aún queríamos ir a San Juan de Luz. Pero estaba bastante lejos y ya se hacía de noche, así que nos fuimos para Santesteban. Fuimos al Titi a hacer unas tomas y a cenar y ya nos fuimos a dormir.
Viernes 22 de noviembre de 2019:
Al levantarnos, vimos el mal día que hacía. Muchísimo viento y lluvia. Jone se decepcionó, porque a donde me quería llevar con el tiempo que hacía dijo que no valía la pena ir. Yo le dije que no se preocupara, para la próxima, porque seguro que voy a volver. Como hacía mal tiempo, yo también preferí irme antes. Así que fuimos a desayunar al Titi unos pintxos, estuvimos un buen rato hablando y sobre las 12, ya me fui para casa. La madre de Jone nos mandó para mi y para Balma una bolsa para cada una llena de productos típicos de allí. Galletas, queso, pacharán… Llegué a casa a las 5 de la tarde, saqué todo lo que me dió la madre de Jone y todo lo que había comprado yo allí e hice una degustación para toda la familia. Luego me tiré al sofá hasta la noche y del sofá a la cama, estaba agotada. Jone me dijo que su plan fue el mismo.
Este viaje contando gasolina, comida y alojamiento está valorado sobre 700€. A esto hay que añadir lo que me invitó Jone y familia y que Jone cogió todos los días el coche excepto uno. Por lo que la gasolina de desplazarnos toda la semana ahí, habría que contarla a parte. Pues desde aquí, gracias a Jone y familia, porque el trato fue excelente, aprovechamos un montón los días y el tiempo nos acompañó, creo que más ya no puedo pedir. Y de verdad que queda escrito, que hasta pronto.
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